Un abogado puede investigar las circunstancias, cuestionar las pruebas, negociar con el fiscal y presentar una defensa sólida para mitigar las posibles consecuencias de un cargo de robo.
El robo implica tomar propiedad sin el consentimiento del propietario, mientras que el robo implica el uso de la fuerza o la amenaza de fuerza para tomar propiedad.